Altos de Cazuca identificada administrativamente como la comuna IV del municipio de Soacha, es un territorio en el que la condición de ilegalidad se manifiesta en múltiples aspectos, suelos poco aptos para la construcción urbana, a causa de infraestructuras deficientes para el acceso de servicios públicos como el agua, la luz, el gas y el teléfono; problemas de desplazamiento, invasión por parte de grupos subversivos y desarrollo de violencia en los jóvenes, es lo que hoy en día se vive a diario. Una loma saturada de población con un sinnúmero de precariedades físicas y sociales que reflejan la vulnerabilidad de los derechos individuales y colectivos registrados en la Constitución Política de Colombia.
Es un espacio abandonado estatalmente, pues si bien es reconocido como una comunidad vulnerable, la ausencia de centros de salud, de vías pavimentadas, de colegios, y de viviendas dignas, refleja una falta de compromiso que es justificada en el hecho que Cazucá es un territorio de invasión y por ende ilegal, razón por la cual lo que se puede hacer es “poco”. La deficiencia de espacios educativos (colegios), y lúdicos como parques hace que los niños jueguen y desperdicien su tiempo “libre” (que en algunos casos es todo el día, si no trabajan), en la calle; mientras que la casi inexistencia de buenos centros de salud ha generado graves problemas de salubridad, que además son agudizados por la presencia de una gran población canina, expuesta a múltiples enfermedades generadas por las pulgas, garrapatas, consumo de aguas estancadas, entre otros factores; que en el contacto con las personas pueden ser transmitidas o pueden ser la causa de otro tipo de mal en el humano.
A nivel general, entonces, Cazucá se presenta como un conglomerado de situaciones problémicas de todo tipo, pues las hay ambientales, políticas, sociales, educativas, de salud y psicológicas, solo por nombrar algunas; luego, es necesario y más teniendo en cuenta el contexto de esta comuna que hace historia desde hace aproximadamente 50 años, examinarlos y trabajar en su resolución.
Según lo afirmado por la policía presente en Altos de Cazucá, hace aproximadamente un año, las últimas bandas vinculadas a grupos insurgentes como paramilitares y guerrilla fueron erradicadas, por ende, la presencia de estos grupos en la zona. No obstante, y teniendo en cuenta grafittis y comentarios provenientes de la población misma, hace alrededor de un año, en la zona se viene presentando otro tipo de problema, y es el fortalecimiento de bandas juveniles e infantiles, que atacan a los habitantes de la zona y que para algunas personas son consecuencia de los grupos existentes con anterioridad.
Cierta o no, esta afirmación permite desglosar una serie de causas y efectos que convergen alrededor de esta problemática; aunque en su gran mayoría sus causas son atribuidas al conflicto armado nacional, es necesario tener en cuenta que esta no puede ser considerada su única raíz, pues si bien es cierto que esta situación puede influir, la familia, la escuela, el estado y otras estructuras lo hacen de igual manera, luego, es un conjunto de factores y no uno solo el que determina el problema.
Un panorama en que niños, que ya sea por falta de dinero o de interés por parte de los padres o de ellos mismos, no van a la escuela, y aprenden reglas sociales fundamentadas en su diario vivir en la calle, (aunque no sean niños de la calle), que adquieren normas o patrones de comportamiento por imitación, (necesariamente no los más recomendables); con problemas de afectividad, falta de educación en valores, marcados emocional e incluso físicamente por la violencia intrafamiliar, el rechazo y el abandono social, la ineficiencia en el cumplimiento de sus necesidades más básicas como una buena alimentación, salud y educación caracteriza un entorno como el de la comuna IV de Soacha, en el que día a día el problema de la delincuencia infantil se incrementa.
Niños entre los 7 y 14 años, dotados con puñales o armas de fuego, que en las noches entran a las casas amenazando a quienes se encuentren en ellas para saquearlas, o que esperan pacientes en la calle aguardando a quien crean les puede suministrar algo, lo intimidan con su arma y huyen; e incluso reportes de niños que han llegado a herir a personas de la zona, o testimonios de enfrentamientos entre estos grupos de infantes y la policía, son premisas de una situación apremiante en la población infantil de Altos de Cazucá.
Ahora bien, luego de esto es propicio pensar el problema a partir de causas más profundas, que las que se pueden percibir a “simple vista”, más allá del tiempo que pasan estos niños en las calles, más allá de la inasistencia al colegio, más allá de la marginación y pobreza; pues si bien son factores incidentes en la problemática, estos también tienen sus causas, y es desde allí que debe ser comprendido. Y es por esta razón que se puede afirmar que las falencias comunicativas existentes entre las estructuras sociales (familia, estado, escuela) y su mal funcionamiento, fragmentan las bases del desarrollo integral del niño, llevándolo al rompimiento de las reglas sociales y por ende a la delincuencia misma.
Es un espacio abandonado estatalmente, pues si bien es reconocido como una comunidad vulnerable, la ausencia de centros de salud, de vías pavimentadas, de colegios, y de viviendas dignas, refleja una falta de compromiso que es justificada en el hecho que Cazucá es un territorio de invasión y por ende ilegal, razón por la cual lo que se puede hacer es “poco”. La deficiencia de espacios educativos (colegios), y lúdicos como parques hace que los niños jueguen y desperdicien su tiempo “libre” (que en algunos casos es todo el día, si no trabajan), en la calle; mientras que la casi inexistencia de buenos centros de salud ha generado graves problemas de salubridad, que además son agudizados por la presencia de una gran población canina, expuesta a múltiples enfermedades generadas por las pulgas, garrapatas, consumo de aguas estancadas, entre otros factores; que en el contacto con las personas pueden ser transmitidas o pueden ser la causa de otro tipo de mal en el humano.
A nivel general, entonces, Cazucá se presenta como un conglomerado de situaciones problémicas de todo tipo, pues las hay ambientales, políticas, sociales, educativas, de salud y psicológicas, solo por nombrar algunas; luego, es necesario y más teniendo en cuenta el contexto de esta comuna que hace historia desde hace aproximadamente 50 años, examinarlos y trabajar en su resolución.
Según lo afirmado por la policía presente en Altos de Cazucá, hace aproximadamente un año, las últimas bandas vinculadas a grupos insurgentes como paramilitares y guerrilla fueron erradicadas, por ende, la presencia de estos grupos en la zona. No obstante, y teniendo en cuenta grafittis y comentarios provenientes de la población misma, hace alrededor de un año, en la zona se viene presentando otro tipo de problema, y es el fortalecimiento de bandas juveniles e infantiles, que atacan a los habitantes de la zona y que para algunas personas son consecuencia de los grupos existentes con anterioridad.
Cierta o no, esta afirmación permite desglosar una serie de causas y efectos que convergen alrededor de esta problemática; aunque en su gran mayoría sus causas son atribuidas al conflicto armado nacional, es necesario tener en cuenta que esta no puede ser considerada su única raíz, pues si bien es cierto que esta situación puede influir, la familia, la escuela, el estado y otras estructuras lo hacen de igual manera, luego, es un conjunto de factores y no uno solo el que determina el problema.
Un panorama en que niños, que ya sea por falta de dinero o de interés por parte de los padres o de ellos mismos, no van a la escuela, y aprenden reglas sociales fundamentadas en su diario vivir en la calle, (aunque no sean niños de la calle), que adquieren normas o patrones de comportamiento por imitación, (necesariamente no los más recomendables); con problemas de afectividad, falta de educación en valores, marcados emocional e incluso físicamente por la violencia intrafamiliar, el rechazo y el abandono social, la ineficiencia en el cumplimiento de sus necesidades más básicas como una buena alimentación, salud y educación caracteriza un entorno como el de la comuna IV de Soacha, en el que día a día el problema de la delincuencia infantil se incrementa.
Niños entre los 7 y 14 años, dotados con puñales o armas de fuego, que en las noches entran a las casas amenazando a quienes se encuentren en ellas para saquearlas, o que esperan pacientes en la calle aguardando a quien crean les puede suministrar algo, lo intimidan con su arma y huyen; e incluso reportes de niños que han llegado a herir a personas de la zona, o testimonios de enfrentamientos entre estos grupos de infantes y la policía, son premisas de una situación apremiante en la población infantil de Altos de Cazucá.
Ahora bien, luego de esto es propicio pensar el problema a partir de causas más profundas, que las que se pueden percibir a “simple vista”, más allá del tiempo que pasan estos niños en las calles, más allá de la inasistencia al colegio, más allá de la marginación y pobreza; pues si bien son factores incidentes en la problemática, estos también tienen sus causas, y es desde allí que debe ser comprendido. Y es por esta razón que se puede afirmar que las falencias comunicativas existentes entre las estructuras sociales (familia, estado, escuela) y su mal funcionamiento, fragmentan las bases del desarrollo integral del niño, llevándolo al rompimiento de las reglas sociales y por ende a la delincuencia misma.
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